Mucho más que un director de orquesta: Nos deja Nikolaus Harnoncourt
El pasado 5 de Marzo, a los 86 años, fallecía Nikolas Harnoncourt, tras sufrir una larga enfermedad que le obligó a retirarse del mundo de la música en diciembre del 2015.
Nikolaus Harnoncourt, en el concierto vienés de Año Nuevo de 2001 (©Leonhard Foger Reuters)
Nikolaus Harnoncourt nació en Berlín y se formó en Austria, donde estudió violonchelo con Emanuel Brabec. Perteneció a la Orquesta Sinfónica de Viena entre 1952 y 1969. En 1953 fundó el Concentus Musicus junto con su esposa, Alice Hoffelner, concertino del conjunto. El grupo tuvo gran repercusión; revolucionaron la forma de interpretar música antigua de modo historicista, utilizando instrumentos de época. En una entrevista con “El cultural” explicaba así cómo empezó a plantearse la necesidad de un grupo como el que más tarde él mismo crearía:
“Tocábamos piezas de cámara de músicos barrocos como Corelli, ¡y los odiaba! Me parecían aburridísimos. Lo cual era muy chocante, porque el arte italiano de esa misma época me fascinaba. No podía comprender cómo la misma sociedad que producía artistas de la talla de Caravaggio o Bernini podía generar una música tan aburrida. Llegué a la conclusión de que el problema era nuestro, que no la hacíamos bien”
Harnoncourt fue director de ópera y música sinfónica. También dio clase en la Escuela del Mozarteum de Salzburgo. En 2001 dirigió el Concierto de Año Nuevo con la Filarmónica de Viena.
Junto a su amigo Gustav Leonhardt grabó todas las cantatas de Bach (salvo las cantatas nº 51 y 199). Este es el único ciclo de cantatas que ha utilizado un coro de solistas masculinos (niños y contratenores). Entre sus últimos trabajos discográficos se encuentra la grabación de obras de Mozart en el Musikverein de Viena, junto al pianista chino Lang Lang.
En 1985 grabó para la televisión austriaca ORF la Pasión según San Juan de Bach con el Tölzer Knabenchor, obteniendo el premio discográfico "Diapason d'or". En 1994 recibió el "Polar Music Prize", concedido por la Real Academia de Suecia de Música. En 2001 recibió un premio Grammy por su grabación de la Pasión según San Mateo y el "Premio Kioto", que otorga la Fundación Inamori. Recibió la Medalla de Oro de la Royal Philharmonic Society en el año 2012.
El polifacético Harnoncourt también se dedicó a la escritura: dos de sus han sido traducidas en nuestro país: El diálogo musical (Paidós) y La música como discurso sonoro (Acantilado).
A modo de homenaje, os dejamos con algunas pinceladas de su pensamiento:
"La meta no es la belleza del sonido, sino la transmisión de determinadas cualidades de expresión".
“El arte nos guía, de hecho nos empuja a llegar a cierto tipo de realización: es el espejo en el que debemos reflejarnos”.
“El intérprete ideal es el que encuentra un equilibrio entre el conocimiento intelectual sin perder la capacidad para emocionar.
“Para mí sólo hay tres compositores que podríamos considerar operísticamente perfectos por su precisa relación entre texto y música. Monteverdi es, sin duda, el más grande. Orfeo, Popea, Ulises son óperas redondas, en las que no sobra ni falta nada. En sus sucesores no se mantiene esa misma perfección. Rameau o Haendel tienen óperas muy buenas, pero no al mismo nivel, por sus inevitables concesiones a la galería. El siguiente escalón llega con Mozart. Es el mismo sentido dramático que en Monteverdi, con un similar vehículo musical para la expresión”
“Tenemos un enorme desconocimiento del folclore. ¡Y es tan importante! Cuando analizamos las sinfonías de Bruckner, no hay forma de comprenderlas sin tener en cuenta este aspecto, que era un hombre de pueblo, con una educación rural y un profundo estrato folclórico. Pasa lo mismo en la música de Francia, de Italia, de cualquier época. La música folclórica ejerce una gran influencia en la música culta y hay que estudiarla porque determina peculiaridades en los ritmos o la realización de una frase. Existe una íntima relación entre el ritmo corporal, el lingüístico y el musical.”