Euterpe y Terpsícore: Un diálogo cautivador
El pasado mes de Noviembre, celebramos la semana de la Música, que dio cabida a actividades tan interesantes como este taller-conferencia sobre la importancia que tiene la música en la vida de una bailarina profesional, en este caso Elena Serna.
Nuestra invitada, coreógrafa y profesora de danza en el conservatorio Carmen Amaya y Gustavo Sánchez, que la acompañó tocando la flauta travesera, nos ofrecieron un bello espectáculo que aunó música y danza. Ambos artistas, reflexionaron acerca de la relación entre estas dos disciplinas.
Gustavo Sánchez, como entrevistador, planteó cuestiones relativas a las piezas que ella ejecutó de un modo muy didáctico entre pregunta y pregunta. Elena se mostró entusiasta, dejando claro que la música tiene una importancia vital en el desempeño diario de su profesión.
“La música es para el bailarín un 90% de lo que hace. Es el motor de su inspiración. La música es su instrumento para crear arte mediante el movimiento. Musicalidad y coordinación hacen al buen bailarín”. (Elena Serna)
La danza, como arte visual encuentra un gran apoyo en el campo auditivo; es por ello que espectáculos tan eclécticos como “Amalgama” –del que Elena Serna forma parte- son todo un éxito.
Nuestra invitada nos habló de esta función que se realiza anualmente. Para ello, el Conservatorio Profesional De Música De Madrid "Victoria De Los Ángeles y el Conservatorio Profesional de Danza Carmen Amaya, que comparten edificio, organizan una representación conjunta en la que convergen músicos y bailarines. Amalgama, que alcanza este curso su novena edición, es un espectáculo que se prepara y organiza durante todo un año y se ha convertido en la seña de identidad de ambos centros por su originalidad y calidad.
El hilo conductor del taller fue el diálogo sobre la influencia mutua de ambas disciplinas. Algunas de las siguientes preguntas suscitaron gran interés del público, que se mostró participativo en todo momento. Propuestas como este taller, dan lugar a un clima propicio para el debate, en el que al alumnado y profesorado tienen la posibilidad de poner ideas en común y compartir conocimientos e inquietudes.
ENTREVISTA
¿Qué papel tiene la música en tu vida? La profesión del bailarín exige una gran dedicación y el papel de la música es fundamental al hacer más llevadero el trabajo. Cuando un bailarín está disfrutando de la música, es evidente. Concibo la música como vida y motor. ¿Toda la música se puede bailar? A priori, sí. Ejemplo de ello son algunas de las piezas que coreografiamos para “Amalgama”. Algunas supusieron todo un reto, por ejemplo la fanfarria de Benjamin Britten, pero finalmente, tras mucho trabajo, conseguimos crear coreografías interesantes. El primer paso es la escucha musical, después viene la creación según lo que nos haya inspirado el análisis de la pieza musical. Los encargos por temáticas, dan lugar a interpretaciones muy subjetivas; por ejemplo para coreografiar un tema que tiene relación con la guerra, buscaremos transmitir dramatismo y fuerza. El carácter de la música es determinante a la hora de coreografiar. ¿Cuál es tu técnica a la hora de crear coreografías? Me gusta dejarme llevar por la música y coger ideas a partir de la improvisación. Es muy importante tener en cuenta la estructura musical de la obra; a partir de los acentos musicales, se organizan los “acentos corporales”. Así mismo, también son muy importantes esos momentos de respiración en los que pasamos de un movimiento a otro; un término que utilizamos mucho es el de “rubatear” la música para tener tiempo de cambiar de movimiento a tiempo. En la estructura coreográfica, las acentuaciones musculares, marcan grandes diferencias de una frase a otra. ¿Cuál es la relación entre músicos y bailarines? El contacto visual entre músicos y bailarines es fundamental, por ello el director tiene un papel muy importante a la hora de coordinar que la comunicación entre ambos sea exitosa. Más concretamente, en lo que a mí me concierne, en el transcurso de las clases de danza clásica, la figura del maestro acompañante, el pianista, es imprescindible. Una buena comunicación entre músicos y bailarines facilita mucho la labor. En ocasiones siento que hay dificultades para entendernos ya que, en general, la educación musical que hemos recibido los bailarines de generaciones anteriores a la actual, es algo deficiente. Es importante que los bailarines se formen también teniendo una buena base de lenguaje musical. Un ejemplo es el concepto de “coda”, que para los bailarines se refiere a la parte binaria y más rápida, idea que defiere de la musical, o no necesariamente coincide. Si el músico va lento en los saltos “mata” al bailarín.
Para no dejar lugar a dudas, Elena y Gustavo interpretaron un fragmento de la danza de los Mirlitones, advirtiéndonos de los problemas que podrían surgir de no haber una perfecta coordinación entre músicos y bailarines.) ¿Cuáles son las fundamentales entre la danza clásica y la contemporánea? Uno de los pocos aspectos que comparten ambas disciplinas es la nomenclatura: términos como plié, croissé, battement, cambré, croisé, en dehors, relevé. Mientras la danza clásica trata de evocar lo etéreo y es más rígida y estricta con quienes la practican (por ejemplo con la exigencia de delgadez, la disciplina demanda una determinada fisionomía), la contemporánea es más libre, más “disfrutable”. Hay diferencias incluso en el desarrollo de la musculatura; que tiende a alargarse en bailarines de danza clásica y a ensanchar para los bailarines de danza contemporánea.
Durante la sesión tuvimos la suerte de escuchar y ver la interpretación de otras bellas coreografías como:
El "pas de deux" de Espartaco, (Aram Khachaturian). <https://www.youtube.com/watch?v=8kj5Rbx29zk>
El "adagio" del Cascanueces (Pyotr Ilyich Tchaikovsky)
La "reina de Driades", del segundo acto de Don Quijote (Marius Ivanovich Petipa).
Finalmente, Elena Serna cautivó al público con una coreografía propia llamada “Luna escarlata”.