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Taller de danzas de raíz etnológica

Enmarcado dentro de la V Semana de la Música, que ha sido organizada por los alumnos del departamento interfacultativo de música, tiene lugar el taller de danzas tradicionales de raíz etnológica. Su dirección está a cargo de la profesora Raquel Pastor Prada, licenciada en Bellas Artes además de titulada en Danza Española por la Real Escuela Superior de Arte Dramático y Danza, y actualmente docente del departamento de música en su rama de la facultad de profesorado.

Históricamente, la danza social se daba tanto en ambientes pueblerinos como cortesanos y servía como momento divertimento, encuentro entre mujeres y hombres, y como encuentro social. Se interpretaban acompañadas de música, que obviamente tenía que ser en directo al no existir medios para registrarla. Esto hacía posible que el baile fuera más flexible al poder adaptarse los intérpretes al ritmo y gusto de los bailarines, contrario a lo que sucede con la música grabada.


La danza dentro del currículum educativo obligatorio recae en las asignaturas de música y educación física, pero según la profesora Pastor Prada, en la práctica no siempre se lleva a cabo, y precisamente eso es lo que se reivindica desde la danza creativa, la presencia real de la danza como herramienta en el desarrollo educativo de las cualidades tanto físicas y motrices como creativas.


Esta introducción sobre la danza como herramienta creativa da comienzo a la sesión, pero será sobre las cualidades culturales y sociales sobre las que se profundice en el taller. La danza como fenómeno cultural representa las tradiciones y costumbres de un pueblo, y serán estas danzas que se bailen en ambientes sociales las que sirvan para desarrollar las habilidades sociales y faciliten una comunicación con otras personas de nuestro entorno.


El repertorio de danzas sociales es muy variado y diferenciado de un lugar a otro al desarrollar cada cultura sus propios estilos de danza. La profesora Pastor Prada nos propone para el taller tres danzas de diversas procedencias y tipologías. La Várbá Harangoznak, de procedencia húngara, se trata de una danza en corro basada en la repetición de una serie de pasos sobre el ritmo de la música. En contraste con la anterior, Circassian Circle, de origen británico y creada contemporáneamente en imitación a las danzas sociales del siglo XVI, desarrolla sus movimientos en el espacio al moverse los bailarines libremente por el espacio en busca de una pareja que cambian en cada repetición.


Por último, la profesora Pastor Prada nos explica que Grecia se trata de un país que ha preservado especialmente sus danzas tradicionales a lo largo de los siglos y nos introduce a la danza griega con Halamatianos. Su música de ritmo irregular supone algo más de complejidad a la hora de encajar los pasos, que son ligeros y algo saltados, y coloca a los bailarines en corro.


Estas danzas étnicas han servido como introducción a la danza social y tradicional de manera práctica y divertida, siempre útil para complementar la teoría y contextualizarla. Si las entendemos como contenido, estas danzas nos ayudan a comprender mejor cómo funciona la creación sociocultural y las sociedades en las que aparecen.


Su práctica también nos hace reflexionar sobre la importancia de la presencia de la danza en la vida cotidiana, que, además de su valor cultural por preservar una herencia identitaria, puede ayudarnos a desarrollar adecuadamente nuestras habilidades sociales y comunicativas, especialmente si las incluimos en nuestra educación desde una etapa temprana.

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