Recuperación modélica del patrimonio musical español
Fray Antonio Soler (1729-1783): Villancicos a San Lorenzo. Camerata Antonio Soler y Coro Padre Antonio Soler. Director: Gustavo Sánchez. Solistas: Manon Chauvin, Patricia Paz, Miren Astui, Fran Braojos y Enrique Sánchez-Ramos. Templante CMBK 1742.
Ante un CD como el presente, que supone la primera grabación mundial de obras inéditas del padre Antonio Soler, uno de los principales representantes de la música dieciochesca española, sólo podemos mostrar satisfacción.
Han sido escasas las grabaciones llevadas a cabo de villancicos del padre Antonio Soler. Una de las primeras fue registrada en un año tan lejano como 1982 a cargo de José María Barquín, dirigiendo al Coro y Orquesta Villa de Madrid y bajo el patrocinio de la Diputación de Cuenca. Diez años después salía al mercado la producción francesa de Éditions Jade Los Villancicos. Mystères de Noël, que al igual que el anterior registro, contenía una selección de villancicos del padre Soler: Jean-Michel Hasler dirigía a la Escolanía de la Abadía de Santa Cruz del Valle de los Caídos y al Ensemble Pygmalion. La tercera grabación se debió a la iniciativa de Glossa en su serie Los siglos de Oro y data del año 2005, corriendo a cargo del director y clavicembalista holandés Jacques Ogg. Así pues han tenido que pasar 13años para que podamos disfrutar de nuevo de los villancicos del padre Antonio Soler en una nueva grabación para la cual sólo podemos tener palabras de elogio ya que una gran parte de los registros discográficos han sido dedicados a su obra instrumental, especialmente la obra de tecla, marginándose la producción vocal, que todavía permanece en parte inédita y que requeriría una pronta recuperación, edición y grabación en toda regla. Así pues, este disco sobresale ante todo por constituir una recuperación fundamental para el patrimonio histórico-musical español, que tiene en la figura del padre Soler una de sus personalidades más significativas.
Nacido en 1729 en la ciudad gerundense de Olot, se formó desde los siete años en el monasterio de Montserrat, donde se formó musicalmente con Benito Esteve y Benito Valls, ejerciendo una gran influencia el estudio de la obra de Jose Elías, alumno a su vez de Juan Cabanilles. En 1752 se trasladó al monasterio jerónimo del Escorial, donde recibe clases de Domenico Scarlatti y José de Nebra: una vez formado y con una sólida experiencia, desplegará una intensa labor como maestro de capilla, organista y teórico: como hombre ilustrado de su tiempo, Soler demostró una variada gama de intereses de todo tipo, no limitándose sólo a la temática puramente musical, sino ampliándola a otros campos como las ciencias experimentales, la acústica o la economía. Desde 1773 se convirtió en profesor del alumno del infante don Gabriel, para el cual escribió un buen número de obras de teclado y música camerística.
El villancico se convierte desde el siglo XVII en uno de los baluartes de la música eclesiástica española. Frente a la estructura del villancico del siglo XV y XVI, compuesta por Estribillo-Coplas (Cancioneros de Palacio y Upsala, villancicos de Francisco Guerrero, etc.) o a la del siglo XVII, integrada por Trío o Introducción-Responsión o Estribillo-Coplas (Pedro Ruimonte, Juan Bautista Comes, etc.), aparece un nuevo tipo de villancico en el siglo XVIII, del cual el padre Soler es uno de sus máximos exponentes. Tomando como base la estructura formal del villancico del siglo XVII, la enriquece y amplía, dando origen a uno de los monumentos de la música española: además de incluir también formas típicamente hispanas como las coplas, seguidillas o la tonadilla incorpora formas musicales foráneas procedentes del teatro musical en boga durante el siglo XVIII, tales como el recitado y el aria o danzas cortesanas de origen francés como el minué, lo cual demuestra su conocimiento de la música europea que se cultivaba por entonces: ello da lugar a un simbiosis de formas que adquieren una connotación completamente nueva en manos del padre Antonio Soler. Por lo que se refiere a la temática, la temática navideña es la más representada, y sólo un breve número de villancicos versan sobre San Lorenzo (precisamente este disco está dedicado a este tipo de villancicos), San Jerónimo y el Santísimo. En cuanto a la dotación vocal, son numerosos los villancicos que adoptan la modalidad de un coro formado por solistas, que suelen ser personajes, y un coro ripieno, o bien dos coros, todo ello con acompañamiento orquestal: a la fórmula Bajo continuo-violines 1º y 2° se le añade instrumentos como la trompa, el oboe, la flauta o el clarín.
Los villancicos del padre Antonio Soler demuestran no sólo una gran complejidad formal a la manera de la cantata eclesiástica alemana (algunosde ellos se componen hasta de siete partes) sino también el extraordinario dominio del contrapunto y de la armonía, que demuestra la sólida formación adquirida con sus maestros. Las modulaciones y la armonía que presentan son muy avanzadas en comparación con las practicadas por gran parte de los compositores de su tiempo, lo cual le valdría los reproches de los compositores más conservadores.
La lectura que nos propone Gustavo Sánchez destaca por su fidelidad a la partitura y representa un logro interpretativo indudable. Su perfecto conocimiento del estilo soleriano, a caballo entre el tardobarroco y el estilo galante, viene a significar un acercamiento que sin duda contribuirá a un mejor conocimiento del extraordinario legado musical en español del monje escurialense, hasta ahora escasamente difundido, tal como comentábamos anteriormente. La presentación de la edición es muy cuidada y los textos preparados por el responsable de la edición, Gustavo Sánchez, nos informan con precisión del contenido de los distintos villancicos compuestos en honor a San Lorenzo: dada la importancia que dicho tipo de villancico poseía en el culto escurialense, los intérpretes de la presente grabación han sabido transmitir la solemnidad y magnificencia de tales obras, alejadas del tono humorístico y carácter popular de otros villancicos. En definitiva, nuestra más sincera enhorabuena por esta iniciativa que supone una auténtica novedad que debe ser saludada con el máximo entusiasmo.
